El terremoto de 1985 duró 4 minutos, en una escala de 8.1. Más de 20 mil personas fallecieron, aunque el gobierno sólo reconoció 3 mil muertes. Más de 800 edificios derrumbados, 2
mil 831 construcciones severamente afectadas e incontables daños con costos de miles de millones de dólares.
Frente a la incompetencia del gobierno para atender la emergencia, el pueblo se organizó para el rescate de víctimas, la construcción de campamentos, elaboración de censos, distribución de la solidaridad nacional e internacional. Después, creó la política pública más amplia de la Ciudad: la reconstrucción de las viviendas dañadas y derruidas como derecho universal de todas y todos los damnificados a través de un decreto expropiatoria (no igualado a la fecha) como punto de partida para la construcción de vivienda social barata en gran escala, respetando el arraigo territorial de las y de los pobladores.
El gran movimiento de damnificados, con sus propuestas, movilizaciones y demás acciones, modificó el escenario político y social de la ciudad, construyendo un poder desde la sociedad civil, para la defensa de sus derechos.
La emergencia de 1985 es el antecedente de Barrio Unido. 35 años trabajando con y para la comunidad.